Los científicos de la Universidad de Duke han desarrollado un modelo que puede predecir la cantidad de mercurio que se libera en un ecosistema local por la deforestación y la extracción de oro a pequeña escala.
La investigación, que ha sido publicado en la revista Environmental Science and Technology , apuntar hacia formas de mitigar los peores efectos del envenenamiento por mercurio en regiones como aquellas que ya están experimentando niveles elevados de mercurio causados por la minería de oro.
Los científicos han realizado muchas mediciones en la Amazonía peruana de los niveles de mercurio en el agua, el suelo y los peces, en áreas que no son fácilmente accesibles y que el gobierno no dispone de recursos necesarios para estos trabajos en sitios locales.
Indicaron, además, que cuando se despeja el suelo para la extracción minera, se deja un paisaje que básicamente pasó de una exuberante vegetación a un desierto árido, cuyos efectos pueden verse fácilmente en imágenes satelitales. Si (los gobiernos) pudieran usar imágenes satelitales disponibles al público para identificar áreas que probablemente estén contaminadas, podría ayudarlos a tomar decisiones informadas sobre políticas para proteger la salud pública.
En las últimas dos décadas se ha visto un fuerte aumento en la extracción ilegal e informal de oro en la región de Madre de Dios. Estas operaciones a pequeña escala generalmente implican talar todos los árboles en un área en particular, cavar un gran hoyo y luego usar mercurio para extraer oro del suelo excavado.
Después de que se separan las partículas gruesas más grandes, la tierra fina restante se combina con agua y mercurio dentro de un tambor grande como un barril de petróleo, y se agita. El mercurio se une a los granos de oro, creándose un gran trozo que luego se quema. Así, se evapora y libera el mercurio en el aire, dejando el oro puro.
Además de esto, de liberar mercurio a la atmósfera, los mineros suelen agregar de tres a cuatro veces más mercurio a cada barril del que realmente se necesita, para asegurar la extracción del oro. Sin embargo, esto también significa que hay una gran cantidad de mercurio sobrante en la lechada que inevitablemente se vierte nuevamente en el pozo excavado.
Y debido a que este proceso comenzó con la tala de árboles, no hay nada que impida que el suelo cargado de mercurio, termine en los ríos cercanos. Así, se incrementa en cuatro veces la cantidad de mercurio que se libera en los ríos locales.
Eso genera una situación muy peligrosa para las personas; es decir, pueden ser afectadas tres veces por mercurio: una vez por contacto directo, una vez por el transporte y la deposición atmosférica, y una vez por la movilización de mercurio del suelo debido a la limpieza de la tierra.
Además de esto, señalaron los investigadores, incluso si la minería se terminara, es poco probable que la vegetación regrese por varias décadas, lo cual implicada que la tierra despejada continuará liberando mercurio.
Hsu-Kim y Pan trabajaron con los estudiantes de posgrado Sarah Diringer y Axel Berky, de la Universidad de Duke, para construir un modelo que permita predecir la cantidad de mercurio y otros contaminantes que se liberan en los ríos. Este combina datos de un modelo de erosión de cuencas hidrográficas, variables locales como la precipitación anual, los tipos de paisaje y suelo, e información datos recopilada sobre la deforestación a partir de imágenes satelitales.
Con este modelo, los científicos, analizaron el contenido de mercurio en muestras de suelo y agua de nueve ubicaciones en la cuenca del río Colorado en Madre de Dios, y encontraron que su modelo predecía con precisión qué áreas tenían mayores concentraciones de mercurio en el agua.
Así fueron capaces de medir que, en las últimas dos décadas, la deforestación ha duplicado la cantidad de mercurio que ingresa a las fuentes de agua locales en la cuenca del río Colorado, y la ha multiplicado por cuatro en la subcuenca del Puquiri. El modelo también sugiere que si las tendencias actuales de deforestación continúan, la cantidad de mercurio que se libera en los sistemas fluviales locales puede aumentar de 20 a 25 por ciento para 2030.
Los científicos, informaron que han compartido su modelo con el Ministerio de Medio Ambiente y el Ministerio de Salud de Perú. Ahora están trabajando con ellos para evaluar si este enfoque puede usarse como una herramienta para desarrollar nuevas políticas con respecto a la minería, el monitoreo ambiental del mercurio y la exposición humana.