Cambios genéticos asociados con la domesticación de conejos condujeron a cambios en la arquitectura del cerebro, lo cual, a su vez, redujo el temor de los animales. Investigadores del CSIC, utilizando resonancia magnética de alta resolución, han observado cómo la domesticación afecta la morfología cerebral de, en este estudio, conejos domésticos. Los resultados muestran el efecto profundo en la morfología en regiones particulares del cerebro que están involucradas en el procesamiento del miedo, tales como la amígdala y el córtex prefrontal medial.
En un nota publicada en el sitio web de CSIC, el i investigador Jose A. Blanco-Aguiar, del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (centro mixto del CSIC y la Universidad de Castilla La Mancha), que participó en el estudio, observaron que el cerebro de los conejos domésticos presenta amígdalas más pequeñas y córtex frontales medios más grandes, comparados con las de los conejos salvajes. Así mismo, indicó que las áreas que han perdido volumen en los animales domésticos están involucradas en la detección, aprendizaje y expresión del miedo, mientras que las áreas que han ganado volumen están involucradas en la modulación del procesamiento emocional.
En la investigación también se encontró una reducción generalizada de la integridad estructural de la materia blanca, compatible con una velocidad neuronal reducida y una capacidad de procesamiento de información menos eficaz.
“El estudio no sólo podría ayudar a entender cómo la domesticación modela la estructura del cerebro y el comportamiento de los animales domésticos, sino que, además, podría dar pistas sobre cómo la morfología del cerebro puede impactar sobre algunos comportamientos complejos, tales como la respuesta al miedo”, añadió Blanco.
Por otro lado, el investigador Rafael Villafuerte, del Instituto de Estudios Sociales Avanzados, de Córdoba, indica que, unida a los estudios comportamentales que se vienen realizando, esta aproximación podría ayudar a comprender la respuesta diferencial al riesgo de depredación, lo que tendrá potencial implicación en la conservación y gestión de esta especie y sus depredadores.
La importancia de la docilidad
“Una de las características más patentes que diferencia a los animales domésticos de sus ancestros silvestres es la respuesta comportamental ante la presencia humana o de depredadores potenciales, que en el caso de los animales domésticos no suele desencadenar ni la huida, ni la respuesta agresiva”, explica Blanco-Aguiar.
En El Origen de las Especies, Charles Darwin ya resaltaba que "no hay animal más difícil de domesticar que un gazapo de conejo silvestre, y ningún animal es tan dócil como un gazapo de un conejo doméstico”. “Parece que no hay dudas que estas diferencias comportamentales entre conejos silvestres y domésticos en gran medida están determinadas genéticamente”, añade el investigador. "Estudios previos que hemos realizado comparando conejos silvestres (de monte) y domésticos nos han permitido demostrar que los cambios en los genes implicados en el desarrollo cerebral o neural juegan un papel importante en la domesticación", indica el investigador Miguel Carneiro, del CIBIO/Inbio de la Universidad de Oporto.
Este estudio se ha realizado por investigadores del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos y del Instituto de Estudios Sociales Avanzados, en colaboración con otras instituciones de Suecia (Karolinska Institutet, KTH Royal Institute of Technology) y Portugal (CIBIO/InBio-Universidad de Porto). El trabajo ha sido coordinado por Leif Andersson, de la Universidad de Uppsala, donde analizaron el volumen de materia gris y la microestructura de la materia blanca en el cerebro de conejos silvestres y domésticos mediante el uso de resonancia magnética de alta resolución.
Fuente: CSIC: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, España.