Investigadores de la Universidad de Texas, en El Paso, han mapeado con éxito regiones específicas del cerebro que se activan en asociación con cambios en el azúcar en la sangre, también conocida como glucosa. Esto proporciona información de ubicación fundamental que, en última instancia, podría conducir a terapias más específicas para las personas que luchan con condiciones como la diabetes.
El estudio histórico de 13 años, publicado en el Journal of Clinical Medicine, describe cómo el equipo usó un análisis microscópico cuidadoso para identificar poblaciones de células específicas en el cerebro que parecen responder a cambios rápidos en el azúcar en la sangre.
Arshad M. Khan, Ph.D., profesor asociado de ciencias biológicas de UTEP, y un equipo de su laboratorio, dirigido por el estudiante de doctorado Gerónimo Tapia, pasaron la última década continuando el trabajo realizado por primera vez por estudiantes investigadores en la Universidad del Sur de California (USC), donde trabajó Khan antes de unirse a la facultad de UTEP.
Los resultados del estudio representan un paso significativo hacia el mapeo cerebral global uniforme y la evaluación de las respuestas celulares al azúcar en la sangre en pacientes diabéticos, explicó Khan.
Conocer las coordenadas exactas de estas estructuras en un atlas cerebral de acceso abierto significa que la comunidad científica ahora puede utilizar este conocimiento espacial para la orientación refinada de futuras intervenciones clínicas o terapéuticas para personas que experimentan fluctuaciones de azúcar en la sangre y prediabetes, sostuvo el científico.
Agregó que encontrar esas células es un poco como monitorear los sensores de combustible en un automóvil cuando sus niveles de combustible suben o bajan. El siguiente paso será encontrar el cableado que conecta estos sensores con otras partes del cerebro, una tarea para la cual ya estamos trabajando duro.
El equipo de Khan pudo rastrear los cambios de azúcar en la sangre en las regiones sensibles del cerebro en 15 minutos, un proceso que antes tomaba horas debido a las limitaciones de los biomarcadores utilizados para detectar estos cambios.
En el estudio, se encontró que el locus coeruleus es una de las pocas regiones que responde de manera temprana durante los cambios de azúcar en la sangre, lo que sugiere que es un importante centro de activación para las personas con diabetes tipo I y tipo II cuando experimentan alteraciones potencialmente mortales en su glucemia. Tales alteraciones ocurren a menudo cuando los diabéticos se autoinyectan insulina, un tratamiento hormonal que normaliza sus niveles altos de azúcar en la sangre, pero que también puede llevarlos a niveles peligrosamente bajos si se dosifica incorrectamente.
El locus coeruleus ("lugar azul" en latín), que es una región del cerebro llamada así por el color único de su tejido, produce norepinefrina, un neurotransmisor que juega un papel importante en la excitación, la atención y la respuesta del cuerpo al estrés.
El nuevo conocimiento de esa región del cerebro podría ayudar a los investigadores a monitorear e intervenir durante los efectos más peligrosos de las variaciones en el azúcar en la sangre que surgen como una complicación común del control de la diabetes.