Feria de CyT 2016: ciencia en los colegios, usuarios de tecnología en las universidades

Volvemos otra vez, como todos los años, entusiastas a la feria de Ciencia y Tecnología que organiza el CONCYTEC.

En este año vimos menos asistencia de público que los anteriores, pero también notamos una vez más una gran diferencia, -como es de esperarse-, entre los centros de estudios superiores, es decir, universidades, y los colegios de educación secundaria. Lo interesante de esta diferencia es que, con un par de excepciones, los usuarios de tecnología están en las universidades y los proyectos de ciencia en los colegios.

La PUCP y ESAN deleitando al público con sus juguetes tecnológicos: impresoras y lapiceros para imprimir en 3D, un auto a control remoto, con cámara incluida, para explorar Marte (espero que se den cuenta a tiempo que el suelo del planeta rojo no está alfombrado). San Martin de Porres con su realidad aumentada. Otras instituciones públicas están con la realidad virtual (incluyendo la UNI). San Marcos a las justas pudo con un par de pequeños vehículos robots (no hubo plata para la pista). La UPCH salvó la situacion mostrando algunos procesos biológicos.

En esta misma feria exponen los estudiantes de colegios secundarios que vienen de todo el país y de otros países. Eureka se llama ahora la Feria Escolar Nacional en CyT. Entre los extranjeros sólo vimos a los de Colombia. No sabemos qué ha pasado con las delegaciones de otros países que solían llegar.

A diferencia de las universidades peruanas, los escolares sí mostraron sus proyectos de ciencia: una planta –helecho-, para extraer arsénico del suelo; el efecto de las ondas sonoras –el tubo de Rubens-, en el fuego a ritmo de rap; una bici que muestra la conversión de la fuerza mecánica en energía eléctrica para encender sus luces led y cargar un celular; un motor diesel que funciona con la grasa de pollo; un vehículo de exploración y localización de víctimas en desastres en el Cercado de Lima; y una veintena de proyectos de CyT más. Pero lo más impresionante de todo, es el entusiasmo con el que los escolares exponen sus proyectos. Le ponen pasión y pisan tierra. Se enfocaron en la contaminación ambiental, sismos, pobreza y otros problemas del país, mientras los universitarios están jugando video juegos, con robotitos o cazando pokemones. ¡Formidable!.

En resumen, esta feria tiene la virtud de mostrarnos, una vez más, la realidad de CyT en el país: el pobre nivel de nuestras universidades a pesar de la gran capacidad e inventiva de los jóvenes que egresan de la secundaria. Así,mientras las universidades peruanas no califican para ningún ranking mundial, los escolares ganan premios a nivel internacional todos los años.