Fósiles del Pleistoceno revelan la megafauna extinta en la zona de Talara

 

La zona de Talara muestra, hoy en día, un paisaje muy distinto a lo que era miles de años atrás. El desierto de hoy contrasta con la abundancia, probablemente, en vegetación y fauna, según lo revelan la cantidad de fósiles que se han encontrado en sus alrededores.

Esta es una localidad paleontológica asfáltica, dicen los científicos, en el que se localizan una serie de depósitos de fósiles que, según la datación por radiocarbono realizado a los restos, proceden del Pleistoceno tardío, es decir, de entre 13,000 y 15,000 años.

El distrito de la Brea es uno de los que presenta depósitos que se superponen con el tablazo de Máncora, una de las tres terrazas marinas elevadas formadas durante la primera mitad y el final de Pleistoceno. Están formadas por areniscas calcáreas, areniscas siliciclásticas, calizas arenosas y conglomerados finos con abundantes moluscos fósiles.

Los tablazos están asentados sobre rocas paleogénicas, algunas de las cuales filtran asfalto natural que emerge a la superficie y crean sitios que atrapan y conservan fósiles durante miles o millones de años. Uno de estos sitios es el famoso Rancho La Brea en California, Estados Unidos.

En La Brea se descubrieron fósiles de cocodrilos, iguanas, roedores, marsupiales y más de una treintena de aves y otros mamíferos, los cuales dan cuenta de la existencia de abundante vida; hoy extinta.

Estos restos se han venido recopilando desde la década de los años 50 del siglo pasado. Entre estos está el fósil de una tortuga que fue recogido en 1958 por una expedición de científicos de la división de Zoología y Paleontología del Museo Real de Ontario, Toronto, Canadá. Este material ha permanecido alojado en las colecciones de ese museo.

Otros hallazgos se han registrado en las décadas posteriores, los cuales han sido clasificados en géneros y especies de anfibios y reptiles que nunca fueron publicados y ni reevaluados desde entonces.

Los paleontólogos Anthony Deza y Jean-Noël Martinez de la Universidad de Piura, y Edwin Cadena, de la Universidad de Rosario, Colombia, han descrito dos tortugas en un trabajo publicado en la Revista Peruana de Biología. La mayoría de los restos son fragmentos de placas del caparazón y del plastrón de tortugas que, según los investigadores, pertenecen a dos familias que poblaban dicha zona.

Estos fósiles muestran que la costa norte del Perú tenía ecosistemas que permitieron la abundancia de tortugas acuáticas y terrestres, y otros animales, durante el Pleistoceno, en áreas donde hoy están completamente ausentes.