Dos nuevos estudios dirigidos por la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, y un equipo de investigación de España, han revelado recientemente en la revista “Cell” que la dinámica de la mitocondria puede determinar si alguien es obeso o delgado.
Sabiendo que estos pequeños orgánulos celulares vitales generan y mantienen los niveles de energía adecuados en organismos complejos, los investigadores usaron modelos animales para estudiar las mitocondrias en diferentes poblaciones de células cerebrales y así conocer que tan involucradas están en la regulación del apetito.
En el proceso, el equipo detectó que durante la transición de un estado de ayuno a otro de sobrealimentación estas centrales energéticas en las neuronas promovieron el hambre, mostrando así cambios dinámicos opuestos a los hallados en sus similares que controlan la sensación de plenitud.
"Hemos descubierto que la mitocondria necesita tener plasticidad dinámica con el fin de apoyar a las neuronas, que son necesarias para el apetito y para el mantenimiento de la vida", señaló el autor principal, Tamas Horvath, profesor de Investigación Biomédica y con cátedra de Medicina comparada en la Escuela de Medicina de Yale.
Los resultados indicaron además que en estos eventos la mitocondria al querer ser más eficaz a la hora de generar energía, puede tener una especie de rompimiento, con el cual estas baterías de las células se vuelven estáticas, haciendo a la vez que las neuronas estimulantes del apetito se tornen menos activas y no se desarrolle obesidad cuando se expone a dietas altas en grasas y calorías.
Asimismo, con lo llegado a conocer en esta investigación, el equipo se ha planteado dudas acerca de la razón de elegir sistemáticamente cualquier mecanismo mitocondrial específico para el tratamiento de enfermedades crónicas, porque en una célula o tejido, puede darse lugar a un resultado potencialmente muy diferente no deseado en otro.