No hace mucho, este compuesto fue sometido a un juicio público que terminó con sentencia en su contra: el Timerosal debía de evitarse por todos los medios posibles.
El Timerosal contiene etilmercurio y es utilizado para preservar las vacunas; evita el crecimiento de bacterias y hongos en algunas vacunas que se suministran a niños.
En salud, cuando se habla de mercurio, la situación se pone dramática. Esta sustancia tiene efectos tóxicos en el sistema nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, los pulmones, los riñones, la piel y los ojos, informa la Organización Mundial de la Salud.
Algunas investigaciones habían asociado el Timerosal a trastornos del desarrollo neurológico, entre ellos el del espectro autista (TEA), debido que está presente en las vacunas contra el sarampión, paperas, rubéola, entre otras.
Una reciente investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, reivindica este compuesto y lo exculpa señalando que no encontraron evidencia de alteraciones o trastornos como los señalados anteriormente. La investigación se realizó en macacos pequeños que recibieron vacunas que contienen el compuesto siguiendo los calendarios de vacunación pediátrica recomendados de los años 1990 y 2008.
Luego se analizó el comportamiento y el estado neurológico en busca de alteraciones o desórdenes en tres regiones del cerebro donde suelen encontrarse las patologías correspondientes al TEA.
Los investigadores no observaron cambios celulares o proteínicos en los circuitos neuronales en el cerebelo, hipocampo y amígdala en los animales vacunados entre las décadas de 1990 o 2008. Tampoco encontraron alteraciones en el comportamiento social en los animales, es decir, no hubo diferencias significativas en las conductas negativas entre los animales del grupo control y experimental.
Estos resultados indican que la administración de vacunas que contienen el Timerosal como preservante no originaron anormalidades neuropatológicas o de comportamiento, como los que se observan en individuos que desarrollaron el TEA.