Investigadores de Western University han verificado la autenticidad, como restos humanos, de una cabeza reducida (tsantsa) sudamericana que se encuentra en un museo de Ontario, Canadá. Este es un paso importante en el esfuerzo global hacia la descolonización, la preservación y comprensión de la historia indígena.
Usando tomografía computarizada (TC) clínica y escaneos de micro-CT de alta resolución, los investigadores pudieron determinar que la tsantsa que se encuentra actualmente en la colección del Museo Chatham-Kent en Chatham, son restos humanos reales y no una falsificación, hecha a partir de partes del cuerpo de animales u otras alternativas utilizadas a menudo en reproducciones comerciales.
Las tomografías computarizadas producen imágenes bidimensionales de una "rebanada" de un cuerpo o parte de él, que luego se recopilan y se superponen para construir imágenes tridimensionales.
Este novedoso método de escaneo es un primer paso significativo en la autenticación de tsantsas a medida que la comunidad global cambia su mentalidad hacia la repatriación de restos humanos, arte y artefactos arqueológicos creados por indígenas que actualmente se encuentran en colecciones públicas y privadas en todo el mundo.
Este resto examinado fue donado al museo en la década de 1940 por la familia Sulman, luego de que la comprara en un recorrido que hicieron por la cuenca del Amazonas. El registro original menciona brevemente la tsantsa como proveniente de "indígenas peruanos" en América del Sur, lo cual no es inusual.
Las tsantsas ya han sido reconocidas como una rica representación de información sobre historia, cultura, rituales e identidad. Ahora que se ha verificado ésta, los investigadores de la Universidad San Francisco de Quito en Ecuador (socios académicos en el estudio) pueden trabajar junto con representantes de los pueblos Shuar y Achuar de Ecuador y el norte de Perú para dar los próximos pasos.
Muchas fuentes etnohistóricas sugieren que se crearon para atrapar el alma dentro de los restos mientras se cosían los ojos y la boca. Al encoger la cabeza de un enemigo caído, se creía que el vencedor aprovechaba su espíritu para la servidumbre y evitaba que el alma vengara la muerte del enemigo.
La investigadora Lauren September Poeta, indicó que las tsantsas son una muy buena representación de la historia indígena en América del Sur, pero también el comercio de las cabezas reducidas en todo el mundo como el legado de las redes coloniales.
Sin embargo, si bien lograron pruebas concluyentes de que son restos humanos, no pudieron determinar si el propósito del encogimiento de la cabeza era ceremonial o comercial.
Los investigadores pretenden conocer con certeza los detalles y el propósito final de la construcción de estas cabezas reducidas examinando más tsantsas, las que están verificadas como ceremoniales y las que se espera que sean falsas.