El primer gran imperio de Perú, el Wari, se extendió por más de mil millas sobre las montañas de los Andes y a lo largo de la costa desde el 600 hasta el 1000 EC. La cerámica que dejaron atrás les da a los arqueólogos pistas sobre cómo funcionaba el imperio. En un nuevo estudio que se publicará próximamente en el Journal of Archaeological Science y disponible como preimpresión en el servidor SSRN, los investigadores demostraron que en lugar de usar cerámica wari "oficial" importada de la capital, los alfareros de todo el imperio creaban sus propias cerámicas, decoradas para emular el estilo tradicional Wari. Para averiguarlo, los científicos analizaron la composición química de la cerámica con la ayuda de rayos láser.
En el estudio se analizó la idea del cosmopolitismo; esto es, de incorporar diferentes culturas y prácticas en una sociedad, indicó Elizabeth Grávalos, investigadora postdoctoral en el Field Museum de Chicago y autora principal del estudio. Los investigadores tratan de demostrar que los alfareros fueron influenciados por Wari, pero esta influencia se mezcló con prácticas culturales locales.
La investigadora señaló que el modelo de cosmopolitismo es como tratar de replicar una receta de otra cultura, pero con un toque de la cultura local. Por ejemplo, si vives en los EE. UU. y estás haciendo pad thai en casa, es posible que no tengas disponible todos los ingredientes que tendría alguien que vive en la localidad donde originariamente se hace el pad thai, de manera que te encuentras obligado a usar algunas cosas locales, explicó. Con la cerámica wari sucedió algo similar: la gente de todo el imperio estaba interesada en la cultura material wari, pero no necesariamente la obtenían directamente del corazón de Wari. La mayoría de las veces, vemos a personas locales tratando de hacer su propia versión de Cerámica Wari.
Grávalos y sus colegas dirigieron excavaciones arqueológicas en todo Perú, trabajando con las comunidades locales para excavar los restos milenarios de casas, tumbas y centros administrativos, en busca de formas de vida Wari. Luego, los investigadores recibieron permiso del Ministerio de Cultura de Perú para traer muestras de cerámica de sus excavaciones a Chicago para su análisis.
El estudio partió de la idea de que la arcilla de diferentes regiones tiene una composición química diferente, por lo que estudiar la composición química de la cerámica podría indicar a los investigadores si las vasijas se produjeron en diferentes lugares o si todas fueron importadas de la capital Wari.
Se procedió tomando un trozo diminuto de una vasija para, seguidamente, cortarla con un láser en trozos aún más pequeños. Se extrajo, básicamente, un trozo de la pasta de arcilla de la cerámica. Luego, con gas helio se lo llevó al espectrómetro de masas, que mide los elementos presentes en la pasta de arcilla.
El análisis mostró que las vasijas excavadas en distintas regiones de Perú tienen diferentes firmas químicas y, por lo tanto, fueron hechas con distintas arcillas. Eso ayudó a mostrar cómo se propagó la cultura Wari.
Los investigadores observaron como algunos imperios, como los antiguos romanos, adoptaron este enfoque "de arriba hacia abajo" para difundir su estética y enviaron cerámica por el Mediterráneo para que la gente de todo el imperio usara su estilo oficial. Sin embargo, en la región andina sucedió lo contrario. Los alfareros locales que emulaban el estilo Wari tradicional en su propio trabajo parecen haber obrado con un enfoque más "de abajo hacia arriba".
Grávalos explicó que la gente local en todos los imperios tenía cierto grado de agencia y control creativo; el único imperio que es verdaderamente de arriba hacia abajo es el Borg de Star Trek", dice Patrick Ryan Williams, curador de ciencias arqueológicas y director de la Instalación de Análisis Elemental, en el Field Museum y el autor principal del estudio. Incluso, señaló, los romanos tenían gente local que hacía las cosas a su manera. Pero lo que estamos encontrando en este estudio es la agencia de los pueblos locales y la importancia de las economías locales. En algunas regiones, encontramos que los colonos Wari tenían sus propios centros de producción y estaban recreando formas de vida Wari localmente. En otras áreas, vemos que las comunidades locales hicieron cerámica Wari a su manera. Creo que eso es lo realmente importante de este estudio, concluyó la investigadora.
Los científicos indicaron que los patrones revelados por esta cerámica podrían ayudar a explicar por qué el imperio Wari pudo prosperar durante tanto tiempo. Observaron que la producción local, incluso en una sociedad cosmopolita con muchas conexiones remotas, hace que la sociedad sea más resistente, afirmó Williams. Si una localidad depende por completo de que alguien que está lejos, que es el que envía las cosas necesarias, es extremadamente vulnerable.
Más allá de las lecciones económicas que podamos aprender de los Wari, Grávalos señaló que el estudio es importante porque desafía algunas de las suposiciones que tenemos sobre cómo funcionan las sociedades, en particular los grupos indígenas que a menudo son tergiversados o excluidos de narrativas más amplias de la historia mundial. Hay muchas personas cuyas historias no se han contado, y este estudio muestra su resiliencia y sus logros, afirmó.