El sexo cumple una función orientada a evitar enfermedades de manera más eficiente, según una investigación realizada en la Universidad de Stirling en Escocia. El estudio se enfocó en responder a una de las interrogantes más antiguas de la biología evolutiva, ¿qué es el sexo’.
La reproducción sexual, en contraste con otras formas de reproducción como la clonación, ha sido considerada poco eficiente e, inclusive, como una pérdida de tiempo. Pero este estudio, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society, demostró sus ventajas evolutivas.
Ya desde Darwin, en su teoría de la selección natural, se sostiene que la reproducción sexual ofrece grandes ventajas; esta genera cambios genéticos que aumenta las posibilidades de que la descendencia tenga una estructura genética más idónea, capaz de enfrentarse a un ambiente con nuevos patógenos que están en constante evolución. Esto difiere sustancialmente con la clonación, puesto este tipo de ventajas quedan suprimidas debido a que el agente del cual se clona un nuevo ser no es capaz de desarrollar estos cambios genéticos por sí solo.
Pero para que el sexo cumpla esta función necesita ser dos veces más eficaz que la clonación para compensar sus costos, es decir, la madre tiene que producir dos veces más crías o generar descendientes que sean dos veces mejores.
Para poner en evidencia los pros y contras de la reproducción sexual en distintas especies frente a los de la reproducción por clonación, los científicos estudiaron a una especie que puede reproducirse de las dos formas: la pulga de mar. Así observaron que las crías generadas mediante el sexo enfermaban menos. Específicamente, encontraron que el riesgo de infección estaba altamente correlacionado con la reproducción asexual, mientras que el riesgo de infecciones era menor en los individuos generados por reproducción sexual. Es decir, existe un componente hereditario que hace que los individuos sean resistentes a los parásitos que están en constante evolución.
De esta manera el estudio demostró que la recombinación genética que se genera en la reproducción sexual, permite a las madres no aptas dar origen a una descendencia adecuada o preparada para lidiar con los patógenos del entorno.