Durante su visita al Museo de Geología y Paleontología en Palermo Italia, Alessandro Chiarenza, estudiante de doctorado del Imperial College de Londres, se encontró con un fémur fosilizado que, al parecer, había sido olvidado en una caja por mucho tiempo.
El hueso resultó ser de un dinosaurio llamado abelisauroidea, una de las bestias que poblaban la Tierra hace unos 95 millones de años, durante el período cretáceo tardío.
Los abelisauridae conformaban un grupo de dinosaurios depredadores, carnívoros, que se caracterizaron por tener patas delanteras extremadamente pequeñas, una cara profunda corta, pequeños dientes afilados y poderosas patas traseras llenas de músculos. Los científicos sospechan que también estaban cubiertos de plumas mullidas.
El abelisauroidea estudiado, habría vivido en el norte de África, que en ese momento era una sabana exuberante atravesada por ríos y manglares. Este antiguo mundo tropical habría proporcionado a esta bestia un hábitat ideal para la caza de animales acuáticos como las tortugas, cocodrilos, peces grandes y otros dinosaurios.
Mediante el estudio del hueso, el equipo dedujo que este abelisauroidea puede haber sido de nueve metros de largo y pesaba entre uno y dos toneladas, por lo que es potencialmente una de las más grandes de abelisauroidea jamás encontradas. El hallazgo está ayudando a los investigadores a determinar los tamaños máximos que podrían haber alcanzado estos dinosaurios durante su apogeo.
Alfio Alessandro Chiarenza, co-autor del estudio, del Departamento de Ciencias de la Tierra e Ingeniería del Imperial College, afirmó que fósiles más pequeños de abelisauroidea han sido encontrados previamente por los paleontólogos, pero este hallazgo demuestra lo enormes que fueron éstos depredadores carnívoros que, además, pueden haber parecido extraños, puesto que probablemente estaban cubiertos de plumas, poseían diminutas patas delanteras, inútiles, pero que eran asesinos temibles en su tiempo.
El fósil se encontró en un afloramiento sedimentario en Marruecos llamado el Kem Kem; una zona bien conocida por la abundancia inusual de fósiles de dinosaurios gigantes depredadores. Los científicos se han estado preguntando cómo los abelisauroidea y otros cinco grupos de dinosaurios depredadores podrían haber coexistido en esta región, al mismo tiempo.
Ahora los investigadores de este estudio sugieren que estos grupos de dinosaurios depredadores pueden no haber coexistido tan estrechamente juntos. Ellos creen que la geología dura y cambiante de la región mezcló de fragmentos y juntó los registros fósiles, destruyendo su ordenamiento cronológico en los lechos de Kem Kem. Esto creó la ilusión de que los abelisauroidea y sus primos depredadores compartieron el mismo terreno al mismo tiempo.
Estudios similares de yacimientos de fósiles en las cercanías de Túnez, por ejemplo, muestran que criaturas como el abelisauroidea eran cazadores del interior, mientras que otros depredadores como los Spinosaurus se alimentaban de peces y, probablemente, vivían cerca de los manglares y ríos.
Para el investigador, este fósil encontrado, junto con el conocimiento acumulado de estudios anteriores, está ayudando a resolver la cuestión de si los abelisauroidea pudieron haber coexistido con una gama de otros depredadores en la misma región, en lugar de compartir el mismo entorno. Pensamos que estas criaturas vivieron probablemente muy lejos en el tiempo y en diferentes tipos de entornos.
Los fémures fosilizados son útiles para los paleontólogos, ya que ayudan a determinar el tamaño total de los dinosaurios. Esto se debe a que los fémures están asociados a los músculos y la cola, presentan protuberancias que informan a los paleontólogos, donde los ligamentos y los músculos se unen al hueso y dar indicios de cuan grande pudieron ser esos músculos y ligamentos.
El siguiente paso será salir en busca de restos más completos de estos dinosaurios depredadores para tratar de comprender mejor su entorno y su historia evolutiva.