Según un estudio, la capacidad cognitiva se reduce significativamente cuando el smartphone está al alcance, inclusive, si está apagado.
El estudio se realizó con cerca de 800 usuarios de teléfonos inteligentes y tuvo como objetivo medir, por primera vez, lo bien que pueden completar tareas cuando tienen sus teléfonos cerca incluso cuando no los estén usando.
Los investigadores pidieron a los participantes del estudio someterse a una serie de pruebas que requieran plena concentración frente a una computadora. Estás pruebas estaban orientadas a medir la capacidad cognitiva, es decir, la capacidad del cerebro para contener y procesar datos en un momento dado. Antes de empezar, al azar, se pidió a los participantes que coloquen sus teléfonos ya sea en el mostrador hacia abajo, en su bolsillo o bolso personal, o en otra habitación; todos estos equipos en modo silencioso.
Los resultados mostraron que los participantes que tenían sus teléfonos en otra habitación superaron con creces a los que lo tenían en el escritorio, y también superaron ligeramente a los participantes que habían mantenido sus teléfonos en un bolsillo o bolso.
Así, se observó que la mera presencia del teléfono inteligente reduce la capacidad cognitiva disponible y deteriora el funcionamiento cognitivo, a pesar de que las personas sienten que están poniendo toda su atención y concentración en la ejecución de la tarea.
Los investigadores también observaron, en otro experimento, cómo las personas que habían reportado mayor dependencia de su teléfono inteligente, tenían la capacidad cognitiva afectada. Estos participantes realizaron la misma serie de pruebas como el primer grupo y se les asignó al azar la mantención de sus teléfonos inteligentes a la vista sobre el escritorio, hacia arriba, en un bolsillo o bolso, o en otra habitación. A algunos participantes se les instruyó para que apagaran sus teléfonos.
Encontraron que los participantes que eran más dependientes de sus teléfonos inteligentes realizaron peor las tareas en comparación con sus pares menos dependientes, pero sólo cuando se mantienen sus teléfonos inteligentes en el escritorio o en su bolsillo o bolso.
También encontraron que no importa si el teléfono inteligente de una persona está encendido o apagado, o si estaba puesto boca arriba o boca abajo sobre una mesa. Tener un teléfono inteligente a la vista o al alcance reduce la capacidad de una persona para concentrarse y realizar tareas debido a que parte de su actividad cerebral está trabajando activamente para utilizar o no el teléfono.
Los investigadores indicaron que, no es que los participantes estaban distraídos debido a que recibían notificaciones en sus teléfonos; si no, la mera presencia de su teléfono inteligente fue suficiente para reducir su capacidad cognitiva.
El estudio fue realizado por Adrían Ward y sus colegas de la McCombs School of Business de la Universidad de Texas en Austin, E.U.