Debido a las condiciones de salud preexistentes generalizadas, Covid-19 también puede afectar a los jóvenes en los países del sur del planeta.
Aunque las poblaciones en los países del sur son en promedio más jóvenes que en Europa, podrían ser más vulnerables a las formas graves de COVID-19. Una razón para esto es la mayor proporción de personas en edad laboral con enfermedades crónicas preexistentes.
En casi todas las edades dentro de este grupo de población, más personas en Brasil y Nigeria sufren afecciones crónicas preexistentes que en países europeos, como Italia. Esto aumenta su riesgo de desarrollar un caso grave de COVID-19.
Marília Nepomuceno, investigadora del Instituto Max Planck para la Investigación Demográfica en Rostock, Alemania, utilizando los datos de la Base de Datos Global de Carga de Enfermedades, encontró que las enfermedades cardiovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y enfermedad renal crónica en Brasil y Nigeria es considerablemente mayor en relación con Italia.
La investigadora detalló que, su estudio observó que la proporción de personas en sus 20 años, con enfermedades cardiovasculares es más de dos veces mayor en Brasil y Nigeria en comparación con Italia. De forma similar, para las enfermedades renal crónica y pulmonar obstructiva crónica, la prevalencia en Brasil y Nigeria son también considerablemente mayores, particularmente entre las personas mayores de 40 años. Entre las mujeres, por ejemplo, las diferencias en la prevalencia pueden ser hasta cuatro veces mayores en Nigeria que en Italia. Estas desventajas de salud, que son comunes en el sur, sugieren que sus poblaciones en edad laboral son mucho más vulnerables a las formas graves de la enfermedad COVID-19 que la de Europa.
El estudio de Marília Nepomuceno y sus colegas, Enrique Acosta y Diego Alburez-Gutiérrez, fue publicado e las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS, EU), dónde destaca el importante papel de varios factores demográficos para comprender la propagación de la pandemia de COVID-19 en todo el mundo, y particularmente en el sur del planeta.
Los investigadores sostienen que la vulnerabilidad a COVID-19 no solo depende de la edad y el sexo, sino que también depende en gran medida de otros factores, incluidas las condiciones de salud, el acceso a los servicios de salud, las condiciones higiénicas y sanitarias, y las disparidades económicas. El estado precario de estos factores en los países del sur puede generar mayores riesgos para la salud por COVID-19.
Estas constataciones dejan ver la desventaja relativa de las poblaciones más jóvenes en los países del sur. Ante esto, se necesitan medidas específicas por país que tengan en cuenta los contextos epidemiológicos, sociales y económicos para comprender mejor el impacto de la pandemia de COVID-19 en todo el mundo.