Los estereotipos de género limitan el poder de las presidentes mujeres en diferentes culturas

 

Las Presidentes mujeres tienen menos poder para configurar políticas y tienen estándares más altos en áreas políticas clave que los hombres, sostiene un estudio.

Ryan E. Carlin, investigador principal, sostiene que, en promedio, las lideresas llegan al poder con menos apoyo que los líderes y su apoyo se erosiona más rápidamente. El estudio que examinó datos de 18 países latinoamericanos y las democracias del este asiático, encontró, además, que el público retira enérgicamente el apoyo de las mujeres a raíz de las fallas de las políticas en materia de seguridad física y corrupción pública.

En el estudio se midió la popularidad y las percepciones públicas de los presidentes, tanto hombres como mujeres en todos los países mencionados, encontrándose que, las presidentes femeninas, eran populares y fueron juzgadas con mayor dureza que sus contrapartes masculinos, en parte, debido a los estereotipos de género que prevalecían en todas las culturas.

Asimismo, el investigador señaló que el liderazgo político efectivo generalmente se asocia con la agresividad, la ambición, la contundencia, la autosuficiencia, la confianza en sí mismo, rasgos típicamente asociados con los hombres. Mientras que, por otro lado, la mayoría de personas asocian a las mujeres con rasgos comunes como el afecto, la compasión, la amabilidad, etc.

Estos estereotipos de género están generalizados y son duraderos y crean una percepción de que las presidentes mujeres carecen de las cualidades de liderazgo requeridas. Además, los estereotipos también alimentan un escepticismo adicional hacia las presidentes mujeres, creando un doble estándar por el cual las mujeres son sometidas a un escrutinio y demandas más estrictas que sus colegas masculinos.

En este contexto dominado por el estereotipo de género, las lideresas deben superar a los hombres para ser consideradas igualmente competentes. Su éxito en los roles de gestión se atribuye más a menudo a la suerte o al esfuerzo que a la capacidad. Pero, sus fallas tienden a atribuirse a la falta de capacidad. En el caso de los hombres, la lógica se invierte. Es decir, cuando tienen éxito, se atribuye a su capacidad, pero cuando fallan, sus errores son atribuidos a la mala suerte o la falta de esfuerzo.

El estudio se realizó examinando datos trimestrales y anuales desde 1992 a 2016, de encuestadoras públicas y privadas de cada país en el estudio: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Filipinas, Corea del Sur, Uruguay y Venezuela.

Los países fueron seleccionados en parte debido a su sistema de presidencialismo, en el que el poder ejecutivo está separado del legislativo, y los presidentes son elegidos por la población.

El estudio fue realizado por el equipo de investigación encabezado por Ryan E. Carlin, de ciencia política, y fue publicado en el British Journal of Political Science .