Muchas de las situaciones que las personas enfrentan en la vida diaria tienen un carácter moral, como por ejemplo, decidir si se da dinero a una persona sin hogar, pedir el cambio o tomar materiales reciclables de la basura.
Según los investigadores, la gente asume a menudo que sus opiniones morales son estables debido a que, según creen, están encarnados en ellos; pero en este estudio se revela que muchas de sus decisiones morales pueden surgir en el instante, como resultado de la observación de su entorno inmediato y en la interacción con él.
Con un nuevo paradigma experimental, los investigadores utilizaron la tecnología de seguimiento ocular (eye-trackers) remoto para vigilar la mirada de personas mientras pensaban acerca de cuestiones morales complejas.
Frente a las cuestiones expuestas, los participantes tuvieron dos alternativas para cada pregunta. Se les pidió, además, que decidan qué consideraban moralmente correcto. Aunque eran completamente conscientes de ello, los movimientos oculares fueron determinantes cuando se les pidió que tomen su decisión.
Para cada ensayo, se seleccionó al azar una alternativa de destino, y una vez que el rastreador ocular registraba que los participantes habían mirado dicho destino durante una cierta cantidad de tiempo, se les pidió tomar su decisión inmediatamente.
Los resultados mostraron que las decisiones morales de los participantes eran sistemáticamente sesgados hacia el objetivo. En general, optaron por la alternativa seleccionada como su propia opinión moral en el 58% de los ensayos, en lugar del 50% que se logra sin la manipulación.
Los investigadores concluyeron que, el momento preciso en que se toman las decisiones puede ejercer una poderosa influencia en lo que se termina eligiendo. El proceso de llegar a una decisión moral no sólo se basa en la mirada de la gente, sino que puede ser determinada por ella, sostuvieron.
Los participantes fueron influenciados sin que se presenten diferentes argumentos o información. El paradigma explora el hecho de que, cuando la gente mira revela sus procesos de pensamiento. Esto sugiere que el proceso de llegar a una decisión moral se entrelaza con el proceso de mirar el mundo. señalaron. En otras palabras, la misma interacción que entra en juego entre el cerebro, la mano y el ojo, cuando llegamos a una taza de café, también está implicado en el razonamiento si algo es moralmente correcto o incorrecto, afirmaron.
El estudio es el primero en demostrar vínculos causales entre la mirada y las elecciones morales, pero se basa en trabajos anteriores sobre cómo la mirada se refleja en las elecciones simples, como las que existen entre los productos alimenticios.
Los científicos ya sabían que cuando miramos hacia atrás y hacia adelante entre dos elementos de un menú, por ejemplo, nuestros patrones de mirada revelan lo que podríamos elegir. Sin embargo, cuando controlamos exactamente el proceso, se puede influir en lo que deciden.
En estos días, los sensores de seguimiento ocular están incorporándose a los teléfonos móviles. Con estos, mediante el control de pequeños cambios en nuestro comportamiento, los dispositivos tienen el potencial de ayudar a la toma de decisiones en formas que no eran posibles antes, indicaron los científicos.
La investigación ha sido desarrollada por un equipo de investigación procedentes de las Universidades de Lund, Suecia, el University College de Londres y la Universidad Merced, California.