Encuentran rastros de enfermedades provocados por estilos de vida poco saludables en momias antiguas

 

Antiguamente, las personas tenían arterias obstruidas con características similares a las pueden provocar un ataque cardíaco y un derrame cerebral. Al parecer, muchos morían debido a ello.

Durante más de una década, investigadores han estado utilizando tecnología médica moderna para examinar los restos momificados de personas que vivieron y murieron hace miles de años.

Encontraron aterosclerosis, una enfermedad cardiovascular relacionada con estilos de vida poco saludables, similares a los actuales.

La aterosclerosis ocurre cuando con el tiempo se acumulan depósitos de grasa, que forman placas, en las arterias, los cuales pueden obstruir el flujo sanguíneo o desprenderse, provocando un ataque cardíaco o un derrame cerebral. Otros factores de riesgo que no se puede controlar, son la edad y los antecedentes familiares de enfermedades cardíacas. Pero también se sospecha del tabaquismo, la falta de ejercicio, la obesidad y una dieta poco saludable, que son consecuencia de los malos hábitos.

Los investigadores a realizaron tomografías computarizadas a momias, muchas de las cuales todavía tenían depósitos de calcio en sus arterias, una clara señal de la acumulación de placas que indica aterosclerosis.

Encontraron que lo que presentaban las momias se vía igual que en los pacientes modernos. Se encontró aterosclerosis en momias egipcias y peruanas, así como en restos antiguos del suroeste de Estados Unidos y las Islas Aleutianas.

Los científicos saben que el desarrollo de la aterosclerosis y su propagación con el tiempo es un proceso complejo; solo se conoce algunos de sus factores. Señalaron que esos factores se dividen en dos categorías: ambientales y genéticos o biológicos.

Entonces, partiendo de la premisa que la biología humana no ha cambiado en los últimos miles de años, cabía preguntarse si había suficientes factores ambientales en ese entonces para que las personas con predisposición a la aterosclerosis la desarrollaran en una etapa temprana de la vida. La respuesta es sí.

Indicaron que lo que pudo haber contribuido a la aterosclerosis en las personas de la antigüedad incluyen el humo de los fuegos para cocinar, las malas condiciones de vida que llevaron a infecciones e inflamación frecuentes, e incluso estrés. La vida era dura antiguamente.

Ahora, el equipo de investigador encabezado por Randall Thompson, cardiólogo del St. Luke's Health System en Kansas City y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Missouri-Kansas City, están tratando de poder comparar el ADN de las momias con lo que hay en nuestros genes actuales. La idea es buscar marcadores genéticos que se correspondan con los factores de riesgo que existen hoy en día.

Cualquiera que sea la causa de la aterosclerosis de nuestros antepasados, los expertos coinciden en que hay pruebas limitadas de que la enfermedad es lo que los mató. Una simple razón: no vivieron tanto tiempo.