Una terraza hundida descubierta en el montículo de la plataforma monumental de Cerro Gentil, que se encuentra en el valle de Chincha, Perú, proporciona vestigios de lo que podría haber sido un festín de despedida de los Paracas.
Los arqueólogos sostienen que esta terraza fue utilizada durante varios siglos para actividades rituales, entre ellos, banquetes a gran escala y otras reuniones públicas.
En algún momento al final de esta secuencia histórica, la gente depositó una gran cantidad de objetos que, según las evidencias, sucedió en un solo evento histórico. Analizando los estratos más profundos del sitio, se pudo encontrar restos de eventos similares pero menores.
En este evento ritual se encontraron evidencias de consumo de líquidos, alimentos, fragmentos de cerámica, restos botánicos, hueso, líticos, cestas, calabazas pirograbadas, momias y otros objetos de valor.
Los investigadores interpretaron el evento como un "acto de abandono" o "ritual de terminación" durante el periodo de Paracas tardío, que pudo haber durado semanas o incluso meses.
La posterior ocupación del sitio dejó constancia en la mejora de la arquitectura de la zona del montículo en mención, pero el patrón de uso del patio terminó. Es por esto que los arqueólogos sostienen que este fue un ritual de terminación, lo cual implicó una reorganización en la estructura política regional de la sociedad Paracas.
Lo que se encontró
Los fragmentos de cerámica estilísticamente corresponden a Paracas. En conjunto, muchos de estos fragmentos de vasos muestran signos de uso doméstico, lo cuales, se cree, fueron rotos intencionalmente después de su uso y se depositaron junto a otras ofrendas.
La gran cantidad de vasijas de cerámica indican gran consumo de alimentos y bebidas. Varios tipos de recipientes presentan bordes con formas que facilitan el vertido de líquidos. Esta característica es importante, no sólo porque permite que el contenido se coloque en el interior y se vacíen con facilidad, sino también porque permite a las personas ver fácilmente dentro de ellos.
Las ollas sin cuello pudieron haber sido usadas para cocinar, así como para almacenar productos alimenticios. También se han identificado fragmentos de ollas con evidencias de haber sido colocadas en el fuego y otras que no tienen tales huellas. Las ollas finas con decoración, luego de colocarse en el fuego, no tienen evidencia de haber sido utilizadas en hogares, mientras que los no decorados los tenían.
Se encontró evidencia de bebidas alcohólicas hechas de maíz. Estos datos sugieren que algunas de las ollas identificadas fueron utilizadas para la cocción de productos alimenticios, mientras que otras para almacenar y fermentar la chicha. La chicha de maíz es omnipresente en la vida social andina.
Se encontraron, además, recipientes para almacenar y contener líquidos, es decir, con bocas de pequeño diámetro lo cual es un recurso para que los líquidos no se derramen. Si bien es cierto que no se encontraron grandes cantidades de contenedores de líquidos, comparativamente, su número es mayor con respecto a los demás depósitos.
También se hallaron grandes vasijas con diámetros entre 26 y 50 cm que puede contener comparativamente más alimentos para servir que los recipientes con cuellos más restringidos. Estos tipos de recipientes están asociados con comportamientos de festejos según los etnógrafos y arqueólogos.
El gran número de restos botánicos encontrados en las excavaciones apoya la interpretación de un gran evento festivo. La mayoría de las plantas documentadas en las excavaciones son productos alimenticios. Una excepción son las cantidades significativas de algodón, así como la presencia de juncos y caña brava que están asociados con la producción de tela, cestas y similares.
Los restos de fauna son consistentes como indicadores de banquetes y con actividades domésticas. Esto incluye carne de matanza y la presencia de grandes cantidades de conchas de abanico. Es significativo que los huesos de pescado sean escasos en los depósitos, lo cual puede ser debido a preferencias culturales o cuestiones relacionadas con la preservación y transporte de pescado desde la costa, situada a casi 15 km del lugar.
Artefactos domésticos no incluyen peines, tapones de botellas, camas, placas de madera decoradas y un maro medallón con cara de pájaro de barro decorado con plumas y ojo de frijol. Estos son objetos no domésticos que casi siempre son interpretados como parte de un contexto ceremonial especial.
El ritual final
Los arqueólogos determinaron que hubo un gran evento en el que se consumieron grandes cantidades de comida y bebida, y se depositaron objetos ordinarios y altamente valorados, en la zona, lo cual corresponde a lo que se ha denominado "fiestas políticas", evento que ha sido ampliamente documentado en los Andes en contextos arqueológicos similares.
Se trató de una última fiesta o un "ritual de terminación", es decir, un acontecimiento ritual que marca el uso final de un espacio importante. Este tipo de rituales de terminación se encuentran comúnmente en la arquitectura pública, sin embargo, los casos de este tipo de rituales que se encuentran en contextos domésticos, son muy pocos.
En conclusión, el sitio del Cerro del Gentil, fue abandonado con una ceremonia ritual de terminación masiva. Los científicos aún no comprenden bien los complejos factores que determinaron el proceso de transición de Paracas a entidades políticas posteriores. Se trata, todavía, de un tema fascinante para la investigación futura.
Con información de Plosone.org