El azúcar, el sabor dulce y desencadenamento de la sobrealimentación

 

Después de alimentar a las moscas de la fruta (Drosophila melanogaster) con una dieta rica en azúcar, los investigadores de la Universidad de Michigan, las neuronas del sabor de las moscas desencadenaron una reacción molecular en cadena que dificultaba su capacidad para probar los dulces, lo que a su vez provocaba la sobrealimentación y, como consecuencia, la obesidad. Se observó, además, que comer azúcar causó cambios en percepción del sabor, pero no generó las consecuencias metabólicas de la obesidad.

Estos hallazgos son significativos porque, si las personas responden de manera similar al azúcar, los investigadores están más cerca de comprender cómo el exceso de azúcar contribuye a comer en exceso y a la obesidad. Y, debido a que estos son cambios moleculares, apoya la idea de que comer en exceso está, al menos en parte, fuera de nuestro control.

Si bien es imposible medir el disfrute de la comida de las moscas de la fruta, ciertamente comieron más en la dieta alta en azúcar. Los insectos se volvieron obesos. Las moscas y los humanos comparten otras similitudes sorprendentes: aman el azúcar y la grasa y producen dopamina al comerla, y sus células cerebrales usan muchas de las mismas proteínas y moléculas que los humanos, para las mismas cosas.

Los investigadores probaron sus hallazgos de varias maneras. Primero, alimentaron a moscas que eran genéticamente obesas pero nunca expuestas a un alto nivel de azúcar en la dieta, Observaron en ellas que la percepción del sabor no cambió. Sin embargo, cuando alimentaron con azúcar equivalente a una galleta a las moscas que no podían almacenar grasa, se mantuvieron delgadas pero perdieron la capacidad de probar los dulces.

Lo que se infiere de estos resultados es que, la capacidad para probar dulces cambió debido a lo que están comiendo, no porque se estén volviendo obesos. Ahora, para observar si el azúcar o el sabor dulce de la comida causaron cambios en el sabor, los investigadores alimentaron a las moscas con una dieta similar a una dieta con gaseosa (endulzada artificialmente). Sólo notaron que los que comían azúcar real perdieron su capacidad de percibir el sabor dulce.

Los investigadores identificaron la molécula (O-GlcNAc transferasa) que es un sensor de azúcar y que está ubicado en las papilas gustativas de las moscas. Estás realizan un seguimiento de la cantidad de azúcar en las células. La molécula se ha implicado anteriormente en enfermedades relacionadas con la obesidad como la diabetes y las enfermedades del corazón en los seres humanos.

También manipularon las células del gusto de las moscas para que, incluso en una dieta con alto contenido de azúcar, no perdieran el sabor, y esas moscas no comerán en exceso a pesar de un montón de azúcar.

La investigación ha sido publicada en la revista Cell Reports .