Disminuye verdor de los bosques amazónicos

Comprender cuan sensible es la vegetación tropical a los cambios en las precipitaciones es de importancia clave para evaluar el destino de la selva amazónica y predecir los niveles de CO2 en la atmósfera.

Un estudio en el que se combinaron la observación satelital y la modelización, mostraron que la vegetación tropical es muy sensible a los cambios en las precipitaciones y los fenómenos de El Niño. Los resultados mostraron que, desde el año 2000, la selva amazónica se ha reducido en un área de 5,4 millones de km2, como resultado de las reducciones de las precipitaciones.

La vegetación de la selva amazónica es muy sensible a los cambios en los patrones de precipitación y que la reducción de estas precipitaciones ha disminuido el verdor de la vegetación en grandes zonas. Estos descensos del verdor de la vegetación a gran escala pueden indicar la disminución en la absorción de carbono y los cambios sustanciales en el balance energético de la Amazonia.

En el estudio se utilizaron estimaciones mejoradas de reflectancia de la superficie a partir de datos de satélite para mostrar esta estrecha relación entre las reducciones en la precipitación anual, los eventos de El Niño, y la actividad fotosintética en toda la Amazonía tropical y subtropical.

Así, se observó que las precipitaciones han disminuido en un 69% de la selva tropical (5,4 millones de km2) y en el 80% de los pastizales subtropicales (3,3 millones de km2). Estas reducciones, que coincidieron con un descenso en el almacenamiento de agua terrestre, representan un descenso generalizado de alrededor del 55%, del índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI), según lo observado mediante.

Durante los eventos de El Niño, el NDVI se redujo aproximadamente en un 16,6% a través de un área de hasta 1,6 millones de km2 en comparación con las condiciones medias. Varios modelos de circulación global sugieren que un aumento de la temperatura de la superficie del mar ecuatorial y el desplazamiento relacionado de la zona de convergencia intertropical podría dar lugar a un considerable secado de los bosques tropicales en el siglo 21.

Con esta información se concluyó que, si el secado de la Amazonía continúa, lo cual se predijo por varios modelos climáticos globales, puede acelerar el cambio climático global, debido a que tendría efectos en cascada sobre la dinámica global de carbono y los ciclos hidrológicos.