Dieta alta en grasas mata de hambre al cerebro

Una dieta alta en grasa conduce a la reducción de la cantidad de glucosa que llega al cerebro, según un estudio realizado en ratones. El cerebro de ratón restauró su absorción de azúcar después de cuatro semanas, aunque con consecuencias importantes en el resto del cuerpo.

Este hallazgo fue reportado por un grupo de investigación dirigido por Jens Brüning, director del Instituto Max Planck para la Investigación del Metabolismo.

Los alimentos con alto contenido de grasa generan desorden en el cuerpo dando como resultado posible la obesidad y enfermedades tales como diabetes tipo 2. Pero, ¿Qué hace realmente una dieta alta en grasa en nuestro cerebro? Los científicos del Instituto Max Planck para la Investigación del Metabolismo en Colonia Esta pregunta han tratado de responder observando lo que sucede en el cerebro de ratones para comprender, entre otras cosas, cómo se desarrolla la obesidad y la diabetes.

Una dieta alta en grasas reduce la absorción de glucosa en la sangre en el cerebro en tan sólo tres días, razón por la cual, el cerebro se muere de hambre, a pesar de que se esté consumiendo una gran cantidad de calorías diarias. El responsable de esto es una proteína ( GLUT-1), que es el transportador de glucosa más importante en la barrera sangre-cerebro. Los posibles factores desencadenantes de la reducción de esta proteína son los ácidos grasos saturados libres que tienen un efecto tóxico sobre las células de la barrera sangre-cerebro. El cerebro carece de glucosa en áreas significativas: el hipotálamo, que controla el metabolismo, y la corteza cerebral, responsables del aprendizaje y la memoria, explicaron los investigadores.

El cerebro toma medidas para compensar su falta de energía. Los macrófagos, células especializadas en el sistema inmune, producen el factor de crecimiento (VEGF) que aumenta la producción y función de la proteína (GLUT-1), y que es liberado directamente en las células endoteliales vasculares de la barrera sangre-cerebro. Los niveles de glucosa normales se pueden medir en el cerebro después de cuatro semanas, a pesar de que los ratones siguen con una dieta alta en grasas. Si los ratones no tienen el factor de crecimiento (VEGF), la captación de glucosa en el cerebro permanece reducida. Es resultado de esto es, que los ratones aprenden más lentamente y tienen problemas de memoria, señalaron.

Equilibrar la necesidad de azúcar en el cerebro,cuando la dieta sigue siendo alta en grasa, sólo puede hacerse con serias consecuencia en el resto del cuerpo. Los científicos lo llaman el cerebro egoísta, ya que obtiene su glucosa estimulando el apetito para los alimentos dulces y, a largo plazo, los músculos se preparan para lidiar con la grasa. Es decir, las células de la musculatura se vuelven resistentes a la insulina, la hormona que regula normalmente la captación de glucosa en las células de los órganos. En última instancia, esto conduce al desarrollo de la diabetes, informaron los investigadores.