Un estudio científico ítalo-egipcio confirmó que la hoja del cuchillo que se encontró junto a la momia de Tutankamón fue elaborada con un meteorito. El equipo, utilizando la técnica de la fluorescencia a rayos X, hizo una amplia descripción de la composición química de dicho elemento.
Al parecer, los antiguos egipcios ya utilizan este material, puesto que se encontró una referencia a “hierro caído del cielo” en un manuscrito.
Los estudiosos han discutido durante mucho tiempo la introducción y propagación de la metalurgia del hierro en diferentes civilizaciones antiguas. Se ha encontrado hierro en la zona del Mediterráneo Oriental desde finales del Neolítico hasta la Edad del Bronce, donde es probable que se haya usado esporádicamente.
A pesar de que es raro la existencia de hierro fundido en esa época, en general se asume que los primeros objetos fueron producidos a partir de hierro de meteoritos. Sin embargo, la forma como se trabajó este metal, su uso y difusión son todavía cuestiones polémicas debido a la falta de análisis detallados.
La tumba del faraón fue descubierta en 1925 y, desde entonces, el origen meteorítico de la hoja de la daga de hierro del sarcófago del antiguo rey egipcio, ha sido objeto de debate y análisis, los cuales arrojaron resultados controvertidos.
En esta investigación se demostró que la composición de la hoja (Fe, más del 10,8% en peso de Ni y 0,58% en peso de Co), determinada con precisión por medio de espectrometría de fluorescencia de rayos X portátil, apoya firmemente su origen meteorítico.
De acuerdo con los últimos resultados de los análisis metalográfico de artefactos antiguos de hierro de Gerzeh, nuestro estudio confirma que los antiguos egipcios atribuyeron gran valor al hierro meteorítico para la producción de objetos preciosos.
Por otra parte, la alta calidad de fabricación de la hoja de la daga, en comparación con otros artefactos de hierro de formas simples de meteoritos, sugiere un dominio importante de la metalurgia del hierro en la época de Tutankamón.
La investigación ha sido publicada en la revista Meteoritics & Planetary Science.