La batalla contra el cáncer es dura pero, cada paso que se da, mantiene la esperanza de ganarla. En este proceso se están probando muchas opciones que incluyen la búsqueda de compuestos, el estudio de procesos moleculares, así como conceptos que guían o facilitan el desarrollo de un nuevo método.
En esta búsqueda, los científicos, ahora, enfocan sus esfuerzos a la destrucción selectiva de las células del cáncer, pero, para lograrlo, no sólo son necesarios herramientas capaces de discriminarlos, sino también el conocimiento de la genética del tumor canceroso.
Conocer cómo se relacionan e interactúan ciertos elementos y/o procesos, así como las interferencias que provocan sus componentes como el ARN, las posibilidades de edición del genoma o los grupos de ellos, como se disponen espacialmente o de qué manera se producen las repeticiones cortas y largas, son de gran importancia para identificar vulnerabilidades contextuales que pueden ser usadas para lograr un objetivo.
Así, se está trabajando en el conocimiento de las redes biológicas con el fin de diseñar terapias contra el cáncer genotípico específicas y eficaces. Se sabe que las terapias más utilizadas para el cáncer implican el sometimiento del paciente a altas dosis de radiación o la ingestión o inyección de productos químicos tóxicos que también causan daños sustanciales al tejido normal.
Con el fin de superar esto, los investigadores han recurrido recientemente a un concepto biológico básico llamado 'letalidad sintética' (SL), lo cual aprovecha las interacciones fenotípicas entre pares de genes. Hay interacciones genéticas que pueden ser causantes de defectos de la aptitud de un gen, o interacciones genéticas positivas que conducen al crecimiento y proveen al gen de ventajas para la supervivencia.
De manera que identificar estas interacciones SL es de considerable interés terapéutico. Es por esta razón que, los científicos están trabajando en el mapeo de estas interacciones en el contexto de las células humanas de cáncer; el conocimiento de ellas podría ser la clave para los tratamientos de cáncer eficaces, dirigidos específicamente hacia una molécula o un gen en particular, cuya interacción con otro puede producir un efecto paralizante o letal para una célula cancerosa.
Este trabajo entraña muchas dificultades debido, sobre todo, a la plasticidad de las redes biológicas, en la que la dependencia genética puede surgir de una vía inesperada, que también podría dar lugar a interacciones letales.
A pesar de todo, la investigación ha comenzado y sus primeros resultados se han expuesto en una reciente publicación aparecida en la revista Trends in Molecular Medicine. El estudio ha sido realizado por un equipo de investigadores canadienses de la Saskatchewan University.